Seguro has visto algún producto en un video de un influencer y simplemente ya lo conocías, pero viste que una persona del medio lo estaba usando en su vida diaria y eso te generó más empatía con el producto y, sobre todo, te dio más seguridad probarlo, porque pudiste ver en la vida cotidiana de alguien cómo funciona.
Esta herramienta todavía no es 100% medible o confiable al momento de hablar del ROI (Retorno de inversión), pero sí es una herramienta cuantitativa al entrar directo a al vida del usuario, por alguien que consideran un estereotipo de bienestar, confiabilidad, credibilidad, alguien con quien se identifica bastante. Esto hace que, sin parecer un acartonado y perfecto comercial al que la mayoría no toma en serio, se convierta en algo en que alguien "real" lo está probando y te está diciendo la verdad de si le gusta o no ese producto.
Los influencers son un canal de comunicación especial, son personas como cualquier otra, que comparten su vida, intereses, creaciones, pensamientos, lugares y contenido en general, rigiéndose bajo un parámetro principal: tiene que sentirse auténtico.
Y ya sintiéndose en confianza, el consumidor objetivo puede ver a la marca desde otro punto de vista y darle mayor valor y realismo a un producto, a diferencia de la publicidad convencional que no te muestra todo lo que engloba el producto, ya sea para bien o para mal.
El utilizar un influencer es una buena opción siempre y cuando se tracen las estrategias correctas y hagas la experiencia del producto lo más real posible, mostrando todas sus caras positivas.
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