¿Realmente el plástico es tan malo?


El uso de los plásticos en la industria contribuye a reducir costos de fabricación de ciertos productos,  como las fascias de los coches, las carcasas de las televisiones, las fundas de los celulares cuyo fin es reducir el golpe de éste cuando se caiga. El plástico se distingue por su maleabilidad, es decir, se le pueden dar múltiples formas, lo que hace viable que sea usado para proteger muchos objetos.

La forma de procesamiento del plástico permite obtener una producción muy grande en poco tiempo. Un ejemplo de ello es la fabricación de las tapas de refresco, que son hechas mediante un método llamado inyección de plástico. Éste consiste en una máquina inyectora, que calienta el plástico hasta derretirlo, entonces lo vierte en un molde doble y en dos minutos se obtiene una gran cantidad de tapas. Por lo anterior, las industrias se ven beneficiadas al realizar piezas o productos enteros en plástico, ya que resultan baratos.

Sin embargo, hoy en día se está teniendo poca fe con estos materiales debido a  que muchos dicen que contamina mucho y hacen daño a la naturaleza, lo cual es cierto, sin embargo, con un correcto sistema de reciclaje la gran mayoría de estos materiales se pueden reciclar.

Un ejemplo son los popotes, si estos tuvieran un correcto ciclo de reciclaje, no contaminarían como se muestra en todas las campañas; porque se pueden triturar, fundirse y reutilizarse para producir otro producto, es decir, mañana podría ser parte de una botella de plástico o un juguete infantil.

Por ello es muy importante conocer los materiales con los que se hace los diversos objetos  para saber  si puede reciclarse y qué tipo de proceso requiere. En realidad, pocos materiales no son reciclables, pero ello no implica su no utilización, por el contrario, se eligen para la construcción de objetos de larga duración.



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